La pobreza energética en España ha aumentado mucho el último año, y la mejor forma de poder luchar contra ella es crear comunidades energéticas sostenibles en las que la energía sea un recurso que todo el mundo pueda tener a su disposición. Sin embargo, para entender esto, es importante saber por qué se da este tipo de pobreza, cuáles son sus consecuencias y el beneficio que pueden tener crear comunidades energéticas.
La pobreza energética no está directamente relacionada con la pobreza en general. Un hogar que padece este tipo de pobreza no puede acceder a los servicios energéticos esenciales a causa de varios factores como:
Esta situación no solo las sufren las personas en riesgo de exclusión que viven en barrios desfavorecidos (aunque si en mayor medida), si no que es una pobreza más amplia que puede afectar a cualquier persona.
Por ejemplo, personas que si pueden satisfacer sus necesidades básicas de alimentación e higiene o gastos del hogar alquiler/hipoteca, pero se les complica a la hora de hacer frente a otros pagos como la la factura de la luz.
La pobreza energética está aumentando a pasos agigantados a raíz de la crisis del covid-19.
Según indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, en 2020 la pobreza energética en España aumentó 3,3 puntos porcentuales con respecto al año 2019. Casi un 11% de la población española (5,2 millones de personas) no pudo mantener caliente su hogar en invierno.
Las personas que sufren pobreza energética no solo tienen dificultades para mantener caliente su hogar, sino que también tienen dificultades para hacer frente al pago de sus facturas de la luz. En 2020 el porcentaje de españoles que afirma haber tenido retrasos del pago de la factura de la luz es de un 9,6% frente al 6,6% que lo hacía en año 2019.
En la siguiente gráfica se puede ver la evolución que ha tenido la pobreza energética desde el año 2017 y el aumento significativo que ha tenido en 2020.
Si hay personas que les cuesta satisfacer sus necesidades básicas, ¿cómo van a pagar una factura de luz?
Este es el día a día de muchas personas que tienen que hacer frente este problema, ya sea porque se han quedado sin trabajo o porque los ingresos que perciben no les da para pagar todas sus facturas.
Esta situación trae consecuencias y problemas graves en los individuos que lo sufren:
Existen Ayudas de Fondos europeos para subvencionar reformas que mejoran la eficiencia energética como reformas de aislamiento térmico o instalación de placas solares. Los colectivos que cumplen criterios de vulnerabilidad económica y social pueden recibir ayuda de hasta un 100% del coste de las obras de rehabilitación energética.
Hace tiempo se habla de este tipo de rehabilitaciones para conseguir ahorro energético en los hogares. Pero, la creación de comunidades energéticas va mucho más allá. Es algo más colaborativo y participativo entre vecinos de una misma zona.
¿Te imaginas poder compartir la energía con tus vecinos? Pues esto es lo que se puede hacer creando una comunidad energética local.
Lo primero es instalar paneles solares en las azoteas de los edificios, después beneficiarte tu mismo de la propia energía que se produce y que además es más sostenible y reduce la emisión de CO2. Por último, la energía que se ha producido y no se ha consumido la puedes compartir con los vecinos de la zona, generando con ello un autoconsumo de energía compartido.
Las comunidades energéticas no solo tienen impacto positivo en el medio ambiente, sino también ayudar a combatir la pobreza energética:
Para crear un mayor impacto, Comunitaria ha creado una forma de crear comunidades energéticas utilizando una moneda social. Pero, ¿Por qué relacionarla con una moneda social? Porque la producción de energía es convertida en una moneda social que sirve para adquirir alimentos frescos en el comercio local. Lo que hace que fomente el pequeño comercio y mejore la economía local.