Los barrios marginales se suele identificar con la pobreza. Pero, la pobreza no solo significa tener un nivel de renta bajo, también conlleva hambre, malnutrición, enfermedades, muertes prematuras, exclusión y desigualdades.
De acuerdo a la definición de la ONU, barrio marginal es aquel que carece de una o más de las siguientes condiciones: acceso a agua potable, a sanidad, a espacio habitable suficiente, a una vivienda levantada con material sólido y el derecho de usufructo.
Por lo tanto, las familias que viven en barrios desfavorecidos tienen una calidad de vida muy baja, deben lidiar con peligros para su salud y viven con pocas oportunidades de cambiar su situación.
Se podría decir que en España alrededor de 1.000 millones de personas viven en barrios marginales o residencias inadecuadas. Para medir la pobreza en España se utiliza el indicador de la pobreza moderada, que considera que una persona está en riesgo de pobreza cuando sus ingresos son inferiores al 60% de la mediana. Según los últimos datos de 2021, disponibles de la Encuesta de Condiciones de Vida, el umbral de la renta para considerar que un hogar está en pobreza severa es de 6.417,3€.
Teniendo en cuenta estos datos, entre los barrios más pobres de España, en el primer lugar se encuentra el Polígono Sur (Sevilla) con una renta per cápita de 5.329 €/año y en segundo lugar el barrio de Los Pajaritos (Sevilla) con una renta per cápita de 5.757 €/año. Según el ranking nacional de menor renta per cápita anual recogidos en los indicadores urbanos del INE, estos barrios llevan repitiendo 4 años consecutivos como los barrios más pobres de España, ¿por qué sucede esto?
Este último año, a raíz de la crisis del COVID, estos barrios se han empobrecido aún más, ya que son los que más sufren cualquier crisis económica y social.
Además, un barrio pobre tiene muchas debilidades:
Debido a que son zonas muy castigadas por el paro y con escasa preparación profesional, los hijos menores tienen un fracaso escolar muy temprano que les hace llevar a buscar un trabajo muy joven para aportar económicamente en su hogar. Esto conlleva que la pobreza de esas familias se herede de una generación a otra, imposibilitando la oportunidad de mejorar.
Asimismo, como estos barrios tienen muy baja reputación, atraen población conflictiva y eso lleva a que todo el mundo tenga una imagen negativa del barrio. Es por eso que nadie invierte en ellos, lo que hace que repitan tantos años consecutivos la misma pobreza.
La mejor inversión financiera son las de menor riesgo y las que tienen un rendimiento positivo asegurado. Y si te dijeran que invirtiendo en un barrio marginal puedes aumentar la riqueza de este, además de reducir la pobreza de las personas que viven en la zona, ¿invertirías?
Si proporcionamos recursos económicos en un pequeño barrio, podemos aumentar la circulación de dinero en la zona de tal manera que mejoraremos la economía local del barrio. Sabemos que los barrios marginales tienen pocas oportunidades de mejora. Sin embargo, en el momento que alguien invierta en ellos, se podría garantizar su recuperación tanto económica como social.
Por ejemplo, Comunitaria invierte en barrios marginales a través de una moneda social que beneficia al comercio local. El dinero que circula en un barrio es gracias a sus tiendas de proximidad. Si aumentamos la cantidad de dinero que mueven las tiendas, aumentará la circulación de dinero en el barrio y con ello su riqueza.
Comunitaria fomenta la economía local de los barrios más desfavorecidos. ¿Cómo lo hacemos? Invirtiendo en el comercio local.
La moneda social de Comunitaria, llamada ILLA, circula actualmente en el barrio de Los pajaritos, Sevilla. Esta moneda la utilizan las personas del barrio para comprar alimentos frescos en su comercio cercano.
Pero, el objetivo de Comunitaria no es solo mejorar la economía del barrio, Comunitaria quiere mejorar la calidad de vida de las personas que viven en zonas desfavorecidas, reducir su malnutrición con alimentos frescos y fomentar el empleo local.